Ubicado a las afueras del núcleo urbano, en una zona elevada que domina parte del paisaje circundante, el colegio público de Torreblascopedro constituye uno de los equipamientos educativos más relevantes del municipio. El edificio, de planta rectangular y dos alturas, fue construido en la segunda mitad del siglo XX con criterios de funcionalidad y sencillez, siguiendo los modelos arquitectónicos propios de la época. Su fachada principal, orientada al sur, está rematada por una cornisa corrida y se articula mediante un acceso central enmarcado por un pequeño porche que protege la entrada principal.

En el exterior, un amplio patio rodeado por cerramiento metálico permite el recreo y esparcimiento del alumnado. En uno de sus laterales se alza una pequeña pista deportiva, delimitada por líneas pintadas sobre el pavimento, que permite la práctica de actividades físicas y juegos organizados. Ventanales amplios y rectangulares, dispuestos de forma rítmica, garantizan la iluminación natural en todas las aulas, favoreciendo un entorno de aprendizaje luminoso y ventilado.

El interior del colegio presenta una distribución funcional, con aulas dispuestas a ambos lados de un corredor central. A ello se suman espacios complementarios como sala de profesorado, biblioteca, comedor y aseos, todo dispuesto con criterios de accesibilidad. Los muros, decorados con trabajos del alumnado, aportan un carácter vivo y cambiante que refleja la actividad diaria del centro.

Más allá de su función docente, el colegio actúa como un espacio de convivencia y cohesión para la comunidad, participando activamente en la vida cultural y social de Torreblascopedro a través de celebraciones, actividades extracurriculares y proyectos de colaboración con el entorno.